Este es un libro que viaja hasta la muerte. Lo hace de manera lenta, precisa y meditabunda, pero no toma la muerte como el fin de la existencia, sino como el cambio permanente que los seres humanos experimentamos a lo largo de la vida.
Un carrusel de imágenes se precisa en este «viaje», donde el autor entrelaza vínculos con su infancia en Coro y su joven adultez en Maracaibo, haciéndonos partícipes de las voces que conforman esta obra, como recuerdos mismos dejados en otra persona.
La presencia de la poesía se manifiesta mediante los siete personajes que convergen en este libro, dotándole de una voz poética lúcida. Es, quizás, un manifiesto al amor hacia los demás, una carta para el futuro, un descanso merecido luego de un viaje largo y extenuante.
Oksana Lartitegui